GUTHRIE AT THE MILL CITY

 

 Saludos, que no se entere el lunes que sobrevivimos.

  Por fin he tenido un día de visita museística, tras el sábado de machos conduciendo bestias aladas. Ante la perspectiva de un domingo lluvioso de principio a fin, como así fue, visita a alguno de los centros culturales del Downtown. Junto a los antiguos muelles para tráfico de mercancías del Missisipi, el conocido como "Riverfront District" (al lado del "Warehouse District" que os describía hace un par de días) sobrevive a su antiguo esplendor mercantil transformándose en un hervidero de museos, centros culturales, viviendas de diseño y restaurantes "chic". Allí se levanta el impresionante "Guthrie Theater", obra de Jean Nouvel (premio Pritzker de este año y autor entre otras construcciones del Reina Sofía, la Torre Agbar o la futura sucursal del  Louvre en Abu Dhabi). Se trata de una especie de paralelepípedo multiforme (como varias cajas superpuestas, para entendernos) formado en la fachada por enormes láminas de cristal en azul y amarillo,  con un saliente en suspensión sobre el río a modo de mirador. En su interior, la estructura de cajas permite distribuirse en interminables salas, espacios abiertos y tres teatros diferentes, el principal de una curiosa forma completamente circular, incluído el escenario. 

  Lo que alberga este portento no es menos sorprendente: la fundación Guthrie, que data de hace casi cincuenta años cuando Sir Tyrone Guthrie, director teatral shakespeariano, harto del comercialismo de Broadway y atraído por el ambiente universitario, cultural y bohemio de Minneapolis, fundó un centro que fuera a la vez teatro, compañía propia, brillante escuela de interpretación y centro de divulgación de las artes dramáticas. Un lugar de ensueño para los titiriteros, vamos. Así ha sido hasta entonces, cuando con el nuevo edificio se convierte también en centro  de reunión urbanita, un pilar importante de eso que llaman ahora "ciudades amigas", de las que Sole os podrá contar algo más.

  El interior como digo, todo espacio tintado por las vidrieras: salas y salas para ejercicios, cursos y "performances", aparte de los tres teatros principales. Además en ponen un moka riquísimo.

  Justo en frente se encuentra el Mill City Museum, construído sobre las ruinas de la factoría de General Mills Gold Medal, líder mundial en la transformación del trigo. No obstante, Minneapolis era conocida como la Ciudad Mundial de la Harina, hasta poco después de la Primera Gran Guerra. Trenes y trenes de trigo (la mayoría desde Montana) llegaban hasta aquí, se transformaban en diferentes refinados, se ensacaban y eran transportados Missisipi abajo por casi todo el país, y del Atlántico al resto del mundo. 

  Famoso por su explosión completa en 1887, creando un terremoto a 50 kilómetros de distancia (la harina vaporizada es bastante inflamable), después de varias reconstrucciones y a consecuencia de la disminución del mercado y otro devastador incendio en 1991, cerró y sobre sus ruinas sin rehabilitar se ha ideado un museo temático que muestra la historia de la harina y de la propia ciudad a través de los 135 años de "Washburn A Mill", que así se llama este inmenso molino. Muy conseguido el tour por los diferentes pisos en el montacargas original y el espacio de interpretación para niños. 

  Por cierto, la comida del día, tailandesa en el Big Bowl y tan picante que hasta a mí me ha costado comerla. Memorables y muy auténticos los dumplings ("jiaozi" o más conocidos en España como "dim-sum").

  

  Unas fotos del día, entre ellas una desde el balcón de cristalera azul del Guthrie un poco experimental.

  Os dejo algo una cancioncilla 

Te van a lobotomizar