sábado, 22 de marzo de 2008

ASK YOUR DOCTOR IF...




  Estamos casi atrapados por la nieve, así que no es un fin de semana para salir mucho por ahí. Por consiguiente os toca comeros un post de opinión sobre costumbrismo estadounidense actual, hala.
  Os cuento. Los principios básicos de las leyes de mercado  y artimañas publicitarias se aplican aquí a dos campos que copan las pausas de los canales y prácticamente todas las páginas de publicidad de revistas y periódicos. Por un lado están las aseguradoras  y prestamistas, aprovechando cierta obsesión por estar cubierto a partir del retiro, saber que no vas a arruinar a tu familia pagándote el entierro, cremación o reciclado ( "reciclaje"=galicismo=yuyu) como biomasa (¡qué gran idea!) o refinanciar continuamente créditos e hipotecas.
  Pero el primer lugar se lo lleva sin ninguna duda el constante bombardeo de las compañías farmacéuticas. De seis o siete comerciales en cada pausa publicitaria al menos tres son de medicamentos con receta, entre ellos varios potentes antidepresivos, combinaciones explosivas de antihipertensivos e hipolipemiantes en una sola pastilla (para darle caña al hepatocito), anticuerpos monoclonales tipo etanercept, varios corticoides, inhaladores de todas las formas y colores,  nuevos productos de grandes compañías para dejar de fumar camuflados en un anuncios sobre lo débil que es la voluntad de los fumadores reincidentes sin ni siquiera nombrar el medicamento (te remiten a una página web sobre cómo dejar de fumar para vendértelos), etc. Cómo no, los anuncios más repetidos son sin ninguna duda (también presentados de forma sibilina) los de Viagra y en el número uno de los cuarenta principales el todopoderoso Cyalis que levanta hasta la popularidad de Rajoy.
  La razón de tanta presión publicitaria radica en el proceso desde el anuncio hasta la compra. Cada comercial termina con una frase del tipo "pregunta a tu doctor si (el medicamento que sea) puede ayudarte". A partir de entonces el televidente ya tiene en mente comentar la indicación de ese estupendo (y caro) producto en su próxima visita al médico que sea. Poniéndome en la piel de un facultativo americano y viendo la presión legal que puede existir al ser casi todos privados (el paciente a veces te exige a la carta porque paga su seguro a la carta), imagino la que se me puede venir encima si después de negarme a cambiar la medicación habitual por la nueva anunciada el paciente empeora real o virtualmente. Cuando menos se cambiará de médico. Un peligro vamos, y un agujero negro para las aseguradoras.
  Como ejemplo os dejo unas fotos de varios anuncios al uso en la prensa y una vista de una parte de la casa con las nevaditas.
  La canción de hoy dedicada a las peculiaridades de los sistemas sanitarios que en el mundo han sido y dada la letra, también dedicada al Matthew. Al final lo mejor es el "sana, sana culito de rana" de toda la vida. ¿O no?


 

4 comentarios:

AVILÉS DEL DERECHO Y DEL REVÉS dijo...

Vaya pues es una lastima que Doña Alisú no te cantase a ti esa bonita canción eh! Doctor Piloro TRIPERO chamanista ¡!!, así le daríamos menos al chuletón y más a la ensalada.

Unknown dijo...

Pobre Gus!!!
Seguro que a la vuelta le espera un régimen espartano de huesos de oliva y oler la lechuga.

Te adjunto canción para la morriña que seguro que te está dando aunque no lo reconozcas... http://es.youtube.com/watch?v=9Z-gcmslGys

BRUCE dijo...

Tu no hagas caso y sigue asi, un abrazo

DR PILORO dijo...

A quien corresponda: No he ni olido el suave aroma del tierno ternero ("angus" o "beef") en dos meses y me mantengo a un escaso ritmo de ascenso gracias a la benevolente comida india casera y alicindia que es la base de mi dieta.
Lo de las cervezas ya es otro cantar, pero hacedle caso al Boss.
Gracias por la cancion!
Sacaime de aqui!!!